¿Quién lo diría? El futuro de Siri está en manos de Google. Bueno, de cierta manera… Apple se alía con una de sus históricas rivales para darle a su asistente virtual ese cerebro de IA que lleva años pidiendo a gritos. Pero, ¿cómo será ese «nuevo» Siri? ¿De verdad cambiará nuestra relación con el iPhone o solo es una jugada táctica más en la guerra de los asistentes?
Apple y Google: juntos, pero no revueltos
En una movida tan inesperada como estratégica, Apple ha decidido emplear una versión personalizada de Gemini, el modelo de inteligencia artificial desarrollado por Google, para poner al día a Siri, su asistente digital. Aunque durante meses sonaron nombres como OpenAI o Anthropic, la manzana mordida ha elegido finalmente tejer una alianza con el gigante de Silicon Valley.
No obstante, que nadie espere ver a Google infiltrándose en el ecosistema Apple. La base técnica será Gemini, sí; pero correrá sobre nubes privadas de Apple y bajo el estricto control de sus sistemas de seguridad. Es decir, el usuario seguirá viendo la clásica interfaz de Siri, solo que, detrás del telón, su motor será mucho más potente e inteligente.
¿Qué significa esto para Siri?
- Mejor comprensión del lenguaje natural: Siri no solo escuchará, entenderá matices y contextos como nunca antes.
- Integración con apps: Gracias a Apple Intents, el nuevo asistente podrá interactuar de manera más fluida con aplicaciones, permitiendo un control total del dispositivo solo con la voz.
- Privacidad ante todo: Aunque el “cerebro” sea de Google, los datos del usuario seguirán bajo el manto de Apple.
Un rediseño sin perder la esencia
Todo esto no implica que veamos un cambio radical en la estética o manejo de Siri. La idea es mantener intacta la identidad visual y la experiencia de usuario, potenciando detrás de bambalinas lo que realmente importa: la inteligencia. Así lo ha adelantado Mark Gurman, uno de los periodistas más fiables sobre el futuro de Apple.
El nuevo Siri llegará en primavera de 2026, y se perfila como una de esas actualizaciones que podrían redefinir el modo en que interactuamos con nuestros dispositivos. ¿Su principal misión? Hacer que la voz lo sea todo: desde abrir una app, hasta configurar una rutina completa en casa… sin tocar la pantalla.
¿Por qué importa esta alianza?
Vivimos en la era de los grandes modelos de lenguaje, donde la IA avanza a velocidad de vértigo. En este contexto, Apple se veía rezagada frente a propuestas más ágiles como ChatGPT o incluso el propio Google Assistant. Aliarse con “el enemigo” puede sonar a traición, pero para muchos expertos es una jugada maestra: une la potencia de la mejor IA conversacional con el ecosistema más protegido y cerrado.
Ojo, que esta integración no significa que Siri acceda a los servicios de Google ni que Gemini tal y como existe en Android vaya a aterrizar en iOS. No. Es más bien una colaboración “low profile”, donde el principal beneficiado será, o debería ser, el usuario. Y quizás, también, la industria entera.
¿El renacer de los asistentes inteligentes?
La pregunta está servida: ¿será esto suficiente para que Siri vuelva a ser relevante, o seguiremos recurriendo a ChatGPT y compañía cuando queramos algo realmente útil?
De momento, solo queda esperar a esa primavera de 2026. Pero lo que está claro es que la guerra de los asistentes virtuales acaba de recibir un nuevo impulso… y que Apple y Google, juntos pero separados, acaban de redefinir las reglas del juego.





